En algunas partes del mundo, el estado de salud de los jóvenes es deficiente como resultado de condiciones sociales, entre las que figuran factores tales como las actitudes y las prácticas tradicionales nocivas y, en algunos casos, sus propias acciones. La mala salud se debe muchas veces a la falta de un medio saludable y de sistemas de apoyo para promover conductas saludables en la vida diaria, a la falta de información y a servicios de salud insuficientes o inadecuados. Los problemas son, entre otros, la falta de un medio seguro e higiénico, la mala nutrición, el riesgo de contraer enfermedades parasitarias y enfermedades transmitidas por el agua, el creciente consumo de tabaco, alcohol y drogas, los riesgos innecesarios y la actividad destructiva, que resulta en lesiones no intencionales.
Se ha prestado en general poca atención a las necesidades de los adolescentes en materia de salud. En muchos países no hay información ni servicios a disposición de los adolescentes para ayudarles a comprender su sexualidad, inclusive la salud sexual y reproductiva y para protegerlos contra los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH y el SIDA.
Deberían acelerarse los esfuerzos para alcanzar los objetivos de las estrategias nacionales de salud para todos, basados en la igualdad y la justicia social, de conformidad con la Declaración de Alma Ata adoptada el 12 de septiembre de 1978 por la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud8, estableciendo o actualizan do planes o programas nacionales de acción para garantizar el acceso universal y no discriminatorio a los servicios básicos de salud, inclusive el saneamiento y el agua potable, así como los esfuerzos encaminados a proteger la salud y a promover los programas de educación nutricional y de salud preventiva.
Todos los jóvenes deberían tener acceso a servicios básicos de salud, en interés de todos y de la sociedad en general. Cada gobierno tiene la responsabilidad ineludible de promover la toma de conciencia del público y de movilizar los recursos y canales necesarios.
La mala salud se debe con frecuencia a la falta de información y a la falta de servicios de salud para los jóvenes, principal mente en los países en desarrollo. Los problemas resultantes son, entre otros, las enfermedades de transmisión sexual, incluida la infección por el VIH; los embarazos precoces; la falta de higiene y saneamiento que lleva a la aparición de infecciones, infestaciones y diarrea; enfermedades genéticas y congénitas; enfermedades psicológicas y mentales; uso indebido de estupefacientes y sustancias sicotrópicas; abuso del alcohol y del tabaco; conducta injustificadamente arriesgada y actividad destructiva que se traduce en lesiones no intencionales; mal nutrición, y poco espaciamiento entre los nacimientos.
Los gobiernos, en cooperación con las organizaciones juveniles, deberían promover estilos de vida más sanos y, en ese contexto, estudiar la posibilidad de adoptar políticas para desalentar el uso de drogas, tabaco y alcohol, posible mente mediante la prohibición de la publicidad del tabaco y el alcohol. También deberían establecer programas para informar a los jóvenes acerca de los efectos perjudiciales del abuso de las drogas y el alcohol, así como del tabaco.
BIBLIOGRAFIA
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Abigail, muy interesante tu comentario y que bueno que existen en México esas organizaciones juveniles que trabajan en apoyo a los jovenes que son adictos y en la promoción de salud para la comunidad, como el Centro Nueva Vida...tal vez puedas comentar más de eso...
ResponderEliminarabigail,es un tema muy interesante es muy importante que existan en México organizaciones que brinden ayuda a personas adictas y en especial a los jóvenes y que también los orienten a llevar una vida saludable
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